
Reclamo mi derecho a CONFIAR.
Confiar en el presente. El eterno presente donde todo sucede. Confiar en la vida. Dejar que pase. Que fluya. Liberarme de la necesidad de controlar. Admitámoslo, vivir no es controlar. Controlar es no permitirnos vivir. La vida es más fácil. La vida va como va y así hay que aceptarla. S no lo hacemos ꟷsi pretendemos modificarla, ignorarla, controlarlaꟷ luchamos contra corriente. Negando la realidad. Y negar que las cosas son como son no hace que cambien. Hace que suframos. Que vivamos una mentira.
Confiar en el futuro. Dejar que todo llegue cuando tenga que llegar. Que todo llegue como tiene que llegar. Que llegue solo lo que tiene que llegar. A veces, que las cosas no salgan como esperamos es lo mejor que nos puede pasar. Es un aprendizaje. Una oportunidad de crecimiento. Tal vez un descubrimiento fantástico que no habíamos ni imaginado. Confiar en la certeza ꟷla tengoꟷ que todo lo que llega a mi es exactamente lo que necesito.
Confiar en las personas. Siempre. Saber que quien llega lo hace porque tiene que llegar. Saber que quien se va sale de escena porque terminó su papel. Saber que quien se queda es que se tiene que quedar. Saber valorar a quien siempre está ahí. Ser agradecido con todos. Con los perpetuos y con los fugaces. Con los que se van y con los que llegan. Saber ver su alma. Su esencia. Descubrir. Dejarse descubrir.
Poder ir a dormir confiando que hay un mañana. Como hacemos cada noche. ¿O hay quien duda que mañana el mundo sigue girando? ¿Hay quien duda que mañana sale el sol? Pues así con todo.
Y cada mañana es otro día para confiar.
Para gozar.
Para reencontrar.
Para descubrir.
Un día limpio. Nuevo.
Un día entero por estrenar.