
LA HIPEREXIGENCIA en las altas capacidades
Las personas con altas capacidades tenemos un nivel de exigencia muchas veces desmesurado. Es tal el grado de perfección y perfeccionismo al cual aspiramos que nos cuesta dar una tarea por terminada pensando que aún puede ser mejorada.
Somos muy exigentes con los demás. Pero aún lo somos más con nosotras mismas y ello nos lleva a una insatisfacción constante y profunda.
Ser muy rígidas nos puede ayudar a llegar lejos, pero infelices. Conseguimos nuestros objetivos a un precio muchas veces demasiado elevado.
Ser demasiado flexibles puede hacer que nos perdamos y nunca lleguemos al objetivo.
Debemos aprender a encontrar un EQUILIBRIO. Ser firmes con nuestros objetivos a la vez que flexibles con las estrategias. Tener claro el destino, entendiendo que hay distintos caminos para llegar a él.
La ACEPTACIÓN es fundamental para encontrar este equilibrio.
Luchar contra la realidad es una batalla perdida de antemano. Desear fervientemente que la realidad sea distinta de la que es no tiene sentido y vuelve a llevarnos a esa insatisfacción de la que hablaba al empezar.
Es mejor solución aceptar la realidad y adaptarnos a ella.
Adaptación no equivale a resignación. Significa decidir superar esa parte de realidad que nos es adversa y buscar en ella una ocasión para mejorar. Todas las circunstancias imprevistas que se nos presentan podemos verlas como obstáculos invencibles o como oportunidades para encontrar un nuevo camino.
Del mismo modo que el río fluye y se adapta a los escollos que va encontrando por su cauce, así debemos ir por la vida. Con un rumbo claro y sin dejarnos vencer por las rocas que encontremos a nuestro paso.
Con el tiempo, esas viejas rocas no serán más que guijarros que hemos aprendido a suavizar y hacer de ellos nuestros aliados.
Esta flexibilidad puede practicarse para que nos resulte cada vez más fácil superar los imprevistos.
- Estimula tus neuronas. Despiértalas. Lávate los dientes con la mano contraria de la que normalmente usas. Guarda las llaves en el bolsillo contrario.
- Cambia el recorrido. Varía la ruta para ir al instituto, a la universidad, a tu trabajo. Acude a los lugares que frecuentas desde distintos caminos.
- Sal de casa sin planes. Deja que tus pies te vayan guiando. Tal vez descubras rincones que no conocías. Si estás atenta, puede que un pequeño detalle te sorprenda.