LA IMPORTANCIA DE CERRAR BIEN LOS CICLOS

LA IMPORTANCIA DE CERRAR BIEN LOS CICLOS

 

Nos pasamos la vida cerrando ciclos.

Terminar unos estudios, mudarnos de casa, dejar un grupo de amigos o cambiar de trabajo son ciclos vitales que nos brindan la oportunidad de cerrar una etapa de nuestra vida y seguir adelante, llevándonos la experiencia vivida como aprendizaje.

Ahora bien, ¿de qué modo cerramos estos ciclos? A veces creemos cerrarlos y dejamos la puerta entreabierta. Un sí pero no (por si acaso). Estos ciclos mal cerrados, estas gestalts inconclusas, perturban a nuestro subconsciente. Le desestabilizan de tal modo que no sabe cómo interpretarlo. ¿Nos hemos ido o no? ¿Esta situación cómo la gestiono? ¿La pongo en el archivo de “experiencias pasadas” o en el de “seguimos en ello”? Nuestra mente necesita etiquetar, clasificar y concluir. Eso le da —y por ende nos da— tranquilidad y nos permite evolucionar sin estancarnos.

¿O seguimos enfadados con aquel chico con el que discutimos hace una década? 

¿O seguimos guardando en el armario ese vestido que hace 15 años que no nos ponemos por si (ahora sí de verdad) llega la ocasión?

¿O nos vamos de un grupo sin decir adiós porque “no nos gustan las despedidas”?

 

Cerrar bien los ciclos es un signo de madurez.

Deportistas que se van con un homenaje tras su última competición, músicos que organizan una gira de despedida, altos cargos que anuncian su partida reuniendo a todo su personal dando las gracias, profesionales que se jubilan con una fiesta entre amigos…

 

Hace poco he terminado una formación. El último día tuve el privilegio de poder dedicar tiempo (y unas palabras de agradecimiento) a todas y cada una de las compañeras (amigas ya) que me han acompañado durante los últimos meses.

Recibí de todas ellas palabras hermosas, tiernas y sinceras que me llegaron al alma y me llenaron el corazón.

Quise plasmarlo por escrito —es una de mis debilidades— y les compartí estas palabras como cierre:

 

TOCA CERRAR UN CICLO

Decirte hasta siempre.

 

Dejo parte de mí en ti.

Y me llevo parte de ti en mi corazón, en mis entrañas. En mi vida.

 

Mira atrás y recuerda cómo empezó todo. El momento en que me descubriste. Tal vez enseguida te transmití algo, tal vez fue pasado un tiempo. Te creaste una idea sobre mí (unas expectativas que vete a saber si habré cumplido o si las he desbaratado por completo).

Después me has visto llorar, desconsolada y rota. Me has visto brillar, emocionada y entera. Me has visto tocar fondo. Me has visto despegar. Te he confesado mis secretos más ocultos (bueno… algunos). He compartido contigo incertidumbres, miedos, silencios, locuras, duelos, sueños, triunfos, derrotas, risas y noches. Muchas noches de lunes. Noches en las que me acostaba pensando aún en todo lo vivido contigo.

 

Nos hemos intercambiado miradas.

Sobre todo, miradas.

Hay tanta verdad en ellas que todo lo demás pasa a un segundo plano. Me quedo con las tuyas. Con todas. Así, sin ni siquiera pedirte permiso (también tengo mi parte egoísta, no creas).

 

Y me quedo también con tus palabras de hoy. Estas palabras tan sinceras y preciosas que me has dedicado y que te pido de corazón que recuerdes siempre. Si has pensado en ellas es porque las conoces y las reconoces. Las puedes definir al detalle (y así lo has hecho) y decirlas con pasión.

Y es que solo ponemos pasión en lo que es verdaderamente nuestro.

Y estas palabras son tuyas.

 

Hazme un favor. Escribe esta frase en letras grandes para leerla una y otra vez cuando te sientas flaquear, cuando te asalte algún miedo, o cuando simplemente me recuerdes con el cariño de esta noche:

Lo que ves en mí está en ti.

 

Por eso te invito a que, cuando te vayas de algún sitio, cierres bien la puerta. Di todo lo bueno que quieras decir (es lo que te vas a llevar), recibe todo lo bueno que tengan para darte (sí, permítete también recibir). Vete con todo lo que te sirva para crecer y evolucionar y deja el resto. Mira al frente y adelante. Sin cargas.

Libre.

Imparable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.